La tradicional familiar aprendida desde adolescentes se convirtió en una forma de sustento en momentos de dificultad. Entre los años de 1988 y 1989, al ser despedido de su empleo el conocido George puso en práctica las enseñanzas de sus abuelos e inicio la venta informal de Bon; FUE siendo bautizado por parte sus antiguos compañeros de trabajo con el apodo de George Bon. Desde ese entonces, entre retos y algunos tropiezos; gracias a la misericordia de Dios la Panadería George Bon ha crecido y poco a poco se ha expandido ubicándose en puntos estratégicos en los barrios de la ciudad, dando oportunidad de empleo a decenas de familias.