Nuestro cuerpo necesita de la actividad física para mantenerse sano. Hemos evolucionado en función de necesidades básicas necesarias para sobrevivir como la obtención de alimentos y seguridad, exigiendo una actividad física prolongada e intensa. La modernización de las últimas décadas han traído como consecuencia una inactividad física como nunca antes había ocurrido. Y lo estamos pagando con nuestra salud.